Obra del director K. Mizoguchi, cuenta sobre un joven, hijo adoptivo, que decide escapar de su casa con una empleada para abrirse camino solo como actor de teatro.
Creo que la principal razón por la cual me atraen films orientales es la posibidad de conocer otra cultura. Aquí, se aborda la significancia de los distintos rangos sociales, la obediencia, el débil frente al fuerte. Y tiene su espacio su lectura sobre la bondad. Por lo demás, aunque el film es algo largo de más, el encuadre final que se le hace a la historia, con una parte final conseguido, hacen que el film esté logrado.
8/10.
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